viernes, 4 de noviembre de 2016

Crítica literaria: Los que ignoran (libros I y II)

Los que ignoran, de Roberto Alhambra
TÍTULO. LOS QUE IGNORAN (LIBROS I Y II)
AUTOR. ROBERTO ALHAMBRA
EDITORIAL.
NÚMERO DE PÁGINAS. 312
ISBN. 978-84-608-1926-4


Escribir reseñas no es fácil. Parece un juicio ante el trabajo de otra persona, sin la superioridad profesional ni moral como para erigirse en árbitro de nadie. Si a eso sumamos que el autor es conocido, el problema aumenta.

Sin embargo, la libertad  a la hora de elaborar estos escritos hace que únicamente me moje cuando el producto es de calidad. Roberto Alhambra lo consigue, y es por eso, y nada más que por eso, por lo que los halagos pasan del ámbito de la intimidad al de la crítica informática.

Lo primero que llama la atención es que el ejemplar al que hago referencia incluya dos partes en lugar de una —la tetralogía tendrá cuatro en total cuando esté acabada —, y que las dos juntas sumen únicamente 312 páginas, cuando el género —ahí está la aclamada Canción de hielo y fuego, por poner un ejemplo conocido por todos — suele superar ese número en un único título de la saga.

Pero como ocurre con los buenos escritores, lo importante es que el resultado final de la historia cumpla los objetivos marcados por el propio autor, y no por lectores, fans o críticos de tres al cuarto. Roberto sabe perfectamente contar una historia con pocas pinceladas, suficientes para hacernos una idea clara de lo que es El Imperio, gran potencia humana que acaba de cruzar el Mar de Poniente para alcanzar la Tierra Prometida, donde esperan obtener el mineral que los hará ricos e inexpugnables en batallas futuras. Han conseguido derrocar al antiguo rey de su contrario del sur, la nación de Guinakia, y colocado en el trono a su aliado en el proceso, Heru Ebola, perteneciente a una nación con rasgos mezclados entre los árabes y el mundo centroamericano del vudú y la comunicación con los muertos. Y así, con estos tres paisajes —Imperio, Guinakia, y Tierra Prometida con sus singulares nativos —, se urde una historia de guerra, ambiciones, intrigas palaciegas y luchas de poder que se desencadenan de manera vertiginosa en estos dos primeros volúmenes (Avanzada y La Guerra de Guinakia como títulos).


El éxito principal del autor reside precisamente en la inmediatez de los acontecimientos. Es directo en la narración, con especial maestría en el uso del diálogo, y con la capacidad para mostrar seres humanos en lugar de héroes, pues no sólo de Legolas vive el hombre, sino también de personajes con los que el lector pueda identificarse, para lo que es imprescindible que sufran miedo, cometan errores, y tengan cadáveres en el armario como cualquier trabajador medio del siglo XXI.

Otra de las virtudes, a mi juicio, es el perspectivismo. No se centra en un único personaje al que seguir porque es el protagonista indiscutible. En la historia hay tantos matices que es el propio lector el que elige sus favoritos, y aunque la brevedad de la obra impide una amalgama muy extensa de nombres reconocibles, cada individuo deberá escoger a su favorito, y decantar la balanza de sus preferencias en uno y otro sentido. Al respecto, Alhambra sabe encontrar la equidistancia para intentar ser objetivo, aunque es probablemente Sura la protagonista en la sombra (pero ¿quién puede olvidar al capitán Alara, a Serum, al maestro catador, a Puk, o incluso a la madre de Heru Ebola, demonio en su cubículo?). También es aplaudible el hecho de que inserte a la perfección la mezcla entre nuestra realidad y la ficción para descubrirnos un mundo en el que todo es posible, sin que por ello nos parezca fantasioso o irreal.

En el debe, a mi humilde entender, estaría principalmente lo mismo que antes he resaltado como punto fuerte: la brevedad. Es cuestión de gustos, pues conozco lectores encantados de las grandes descripciones y otros que las aborrecen soberanamente. Como suele ocurrir en la vida, en el término medio debe estar la virtud, si bien es posible que aquí, en ocasiones al menos, Alhambra se pase de frenada y deje demasiadas zonas de niebla en los paisajes, como ocurre en la Tierra Prometida y las viviendas de los nativos, pues a veces detener la acción ayuda a que el lector se ponga en situación, al tiempo que se crea expectativa para la que se avecina.

En definitiva, un buen libro, con un buen acabado en esta edición, que espero que dé mucho que hablar porque la historia lo merece. Los que ignoran, de Roberto Alhambra. No ignores tú la buena literatura, y hazte con él antes de que sea tarde.

Roberto Alhambra creció en Rivas Vaciamadrid y estudió magisterio de educación musical en la Universidad de Alcalá de Henares. Hoy día reside en Ourense donde desarrolla su labor docente en la escuela pública.

En noviembre de 2011 publicó su primera novela, Amanece por Oriente, con la que iniciaba sus pasos como escritor y abría su primera trilogía editada por Ilarión. Un año después continuaba esta saga con La Niebla que Cubre las Aguas y en noviembre de 2014 la terminaba con Un Brillo de Luz Negra. Esta trilogía, La Alianza de los Tres Soles, presentaba una narración y un universo acorde con los cánones clásicos de la fantasía, nada que ver con lo que los lectores de Los que Ignoran van a encontrar aquí.

REPLICANTE: NEMOROSO DE LA TORRE
TIPO DE LECTURA: FANTASÍA ÉPICA, OSCURA


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