viernes, 18 de noviembre de 2016

Crítica literaria, La Tregua, de Mario Benedetti

TÍTULO. LA TREGUA
AUTOR. MARIO BENEDETTI
EDITORIAL. CÁTEDRA
COLECCIÓN. LETRAS HISPÁNICAS
NÚMERO DE PÁGINAS. 255
ISBN. 84-376-0148-7

El tema de la jubilación es una preocupación latente en todas las civilizaciones. En mi caso la he tenido cerca en mi adolescencia, pues mi padre fue prejubilado con 56 años, y me sorprendió siempre que no aprovechara más el tiempo para dedicarse a aficiones concretas, a viajar, a utilizar la vida sin la preocupación del trabajo en otras tareas que no había podido realizar durante su periodo activo. Yo, en esos años, fantaseaba con el momento en que me tocara a mí, deseando que no llegara siendo demasiado mayor, para que tuviera tiempo de dedicarme a la escritura, a los amigos, a los viajes.

La Uruguay de los años 50 era conocida como el cementerio de Sudamérica precisamente porque las personas se jubilaban a los 50 años. Las convulsiones políticas internas, las crisis económicas y la inestabilidad social hacían que sus gentes se movieran como su protagonista, Martín Santomé, hombre cercano al medio siglo que trabaja como oficinista, y que basa su existencia en la suma continuada de rutinas, sin ilusiones ni alegrías, en parte porque su vida familiar se había truncado con la muerte de su esposa y el alejamiento posterior en lo afectivo de sus dos hijos; y en parte porque el mundo en el que vive no hace rehenes con quienes no se conforman con el gris de la tediosa costumbre.


La edición de Cátedra, como suele ser habitual, comienza con un estudio introductorio a cargo, en este caso, de Eduardo Nogareda. Me llamó la atención poderosamente su reflexión sobre el término realismo, ya que para él cualquier obra literaria —y, por tanto, La Tregua también —, no hace más que tomar retazos de la vida vista por el autor, Mario Benedetti, que en el momento en el que elige unos episodios y desecha otros ya no es fiel a la realidad, sino partidista, subjetivo, y creador de un mundo particular sólo vinculable a las páginas del libro.

Eso es lo que puede ocurrir en la novela, si bien es cierto que la presentación en forma de diario del protagonista ayuda a adentrarnos no tanto en el reflejo fotográfico de unas calles, vestimentas y acontecimientos históricos, sino sobre todo en los procesos psicológicos del protagonista, sus miedos, preocupaciones y deseos, demostrando que la destrucción de una esperanza no significa que el corazón ya no lata, y que no haya anhelos palpitantes que se susurran en voz baja. La aparición de Laura Avellaneda en la oficina, una nueva mujer contratada, mucho más joven que el protagonista, vendrá a revitalizar el ánimo de Martín, que verá en su abrazo una nueva oportunidad de ser feliz, de rellenar la paleta de colores de su vida, y de encauzar los caminos retorcidos de una vida a la deriva. La maestría, una vez más, reside en partir de esa vivencia particular de un hombre a través de su diario para dar luz a la crónica de la frustración de toda una clase social, la media; de un país, Uruguay, y por extensión una reflexión sobre lo nacional y lo hispanoamericano en el contexto inconfundible de mediados del siglo XX.

Hacer una crítica de Mario Benedetti es, cuanto menos, osado. Vaya en mi descargo que lo conocía por una mera cuestión de cultura general, pero que no había leído ninguna de sus obras. Como buen poeta, a la hora de escribir narración es especialmente detallista en la pincelada de los sentimientos, en el dominio de la imagen, que ayuda a hacer tangible el universo etéreo de los sentimientos, verdadero hilo conductor de la novela. El planteamiento en forma de diario, si bien no es de mis estructuras favoritas, es acertado a la hora de hacer creíble esa intromisión en los pensamientos íntimos del personaje, convertido el lector en un curioso espía de las memorias ocultas bajo la almohada de Martín Santomé.

En cuanto al autor, Mario Benedetti nació en Paso de los Toros el 14 de septiembre de 1920, y murió en Montevideo el 17 de mayo de 2009. Fue un escritor, poeta y dramaturgo uruguayo. Integrante de la llamada Generación del 45, a la que pertenecen también autores reconocibles como Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros. Su prolífica producción literaria incluyó más de 80 libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de veinte idiomas.


REPLICANTE: NEMOROSO DE LA TORRE
TIPO DE LECTURA: BOOM HISPANOAMERICANO DE LOS AÑOS 60, REALISTA, GÉNERO EPISTOLAR.





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