viernes, 24 de julio de 2015

Crítica literaria: El Rey Trasgo.

Cubierta de El Rey Trasgo.
Ilustración de Barb Hernández.
TÍTULO: El rey Trasgo: la ciudadela y la montaña.
AUTOR: Alberto Morán Roa
EDITORIAL: Kelonia.
ISBN: 978-84-939945-2-5
PÁGINAS: 307 .


La literatura esconde muchos secretos en su interior. Por ejemplo, el hecho de que tomemos una historia entre nuestras manos y le demos forma en la mente, fantaseando con los rasgos de los personajes. ¿Quién no ha jugado, en alguna ocasión, a convertirse fugazmente en director de cine y elegir a los actores que encarnarían  a los protagonistas de papel?

Algo similar puede ocurrir con los autores, si bien en los últimos tiempos es muy común encontrar una foto más o menos afortunada en una de las solapas de su creación. Yo he tenido la suerte de conocer en persona a Alberto Morán Roa, figura enorme en cuanto a físico y a talento, extraña balanza equilibrada en un mundo tan dispar. Su melena pelirroja, enmarcada en una barba del mismo color, y su conocimiento experto de la esgrima medieval, lo convierten en un guerrero bárbaro de otro tiempo, o un lugarteniente moderno de Matrix, con su chupa de cuero hasta los tobillos. Sin embargo, lo más impactante de su presencia son sus ojos, profundos e inteligentes, manantiales de bondad con el brillo de los niños al soñar. Si en algunos momentos he sentido con dolor mi timidez irreversible ha sido al encontrarme a personas como Alberto, con las que me hubiera gustado compartir más momentos y palabras.

Pero hablaba del señor Morán porque, ante todo,  es un gran escritor. El Rey Trasgo, su ópera prima, así lo atestigua. Se gestó en la idea de una trilogía, pero el mundo desbordó entre sus páginas y ahora no queda claro si cinco ejemplares contendrán tan magna historia. La ciudadela y la montaña es la primera parada, obligada, de todo lector que quiera sumergirse en la fantasía épica, en las intrigas palaciegas, en las batallas contadas desde la perspectiva de un experto.